Este Blog es un especial de Gera´s Place
Aquí encuentras mis textos sobre la construcción y la caída del Muro de Berlín, mis como fotos y videos.

Así mismo, iré subiendo las notas que encuentro en otros medios.

La entrada que lleva el título ¿Qué se celebró el 9 de noviembre en Berlín? recibió un reconocimiento en el Concurso de Periodismo Walter Reuter 2009.

Para ver mis notas, ir aquí

viernes, 8 de enero de 2010

Two Decades After the Fall: Symposium on 1989 en Dissent

En la revista Dissent aparece este Simposio sobre 1989:

Two Decades After the Fall:
A Symposium on 1989

A Symposium on 1989 Image" style="border-top-width: 0px; border-right-width: 0px; border-bottom-width: 0px; border-left-width: 0px; border-style: initial; border-color: initial; display: block; float: right; margin-left: 10px; margin-bottom: 10px; ">

NINETEEN-EIGHTY-NINE WAS a year of historic revolution and possibility. Popular and often nonviolent uprisings overturned communist rule in much of Eastern and Central Europe; and pro-democracy movements began to challenge its legitimacy in the Soviet Union and China. “Nothing in our past thinking, or in anyone else’s, prepared us for the remarkable turn of events,” wrote Irving Howe in 1990. “So much the worse for theory, so much the better for life!”

But has life changed dramatically for the better? While many economies have begun to liberalize, political illiberalism still lurks. And while many on the left hoped that social democracy might replace communism, many post-Soviet nations have adopted the policies of neoliberalism and the language of nationalism. “Any great social change unleashes great expectations,” Adam Michnik observed in 1999. “And therefore, of course, it leads to great disappointments.”

Shlomo Avineri, Paul Berman, Keith Gessen, Norman Geras, Charles S. Maier, Anna Seleny, Vladimir Tismaneanu, Jeffrey Wasserstrom, and Guobin Yang contemplate the political transformation of Eastern Europe, Russia, and China in the two decades after the fall of the Berlin Wall.


Shlomo Avineri: Between Utopian Hopes and the Burdens of History

Paul Berman: Optimism of the Intellect

Norman Geras: Cut Loose

Keith Gessen: Russia—From Great State to Failed State

Charles S. Maier: Whatever Happened to the Civil Society?

Anna Seleny: Is Social Democracy Dead?

Vladimir Tismaneanu: Lessons from the Upheaval

Jeffrey Wasserstrom: Patterns of Chinese Protest—1919,1989, 2009

Guobin Yang: Visions of the Pro-democracy Movement



jueves, 10 de diciembre de 2009

Foreign Policy

The FP Interview: Vaclav Havel
by SUSAN GLASSER
The playwright, dissident, and former Czech president speaks about the fall of the Berlin Wall, Barack Obama, and the hidden costs of moral compromise.

domingo, 15 de noviembre de 2009

Nexos

Recomiendo darse una vuelta por las tres notas de Nexos que Jean Meyer, Ludolfo Paramio y Antonio Elorza publican a propósito del 20 aniversario. Rusia, Europa del Este y la Utopía Roja.

<----- Encuentras el link de este lado

Tribunas y Editoriales de El País

TRIBUNA: TIMOTHY GARTON ASH
El próximo capítulo de Europa comienza hoy

JOSÉ IGNACIO TORREBLANCA
Lo que el Muro se llevó

MOISÉS NAÍM
Sorpresas tras la caída del Muro

TRIBUNA: TIMOTHY GARTON ASH
1989 fue el momento dorado de Europa

TRIBUNA: Nicole Muchnik
Muros infranqueables

TRIBUNA: MIJAÍL GORBACHOV
20 años después del Muro la historia continúa

El próximo capítulo de Europa comienza hoy

TRIBUNA: TIMOTHY GARTON ASH
El próximo capítulo de Europa comienza hoy
TIMOTHY GARTON ASH 15/11/2009

Lo hicieron maravillosamente. A pesar de la lluvia, la celebración oficial de la caída del muro de Berlín, el lunes por la noche, me pareció un acto auténtica e inesperadamente emocionante. Los organizadores, seguramente dirigidos por Angela Merkel, hicieron casi todo bien. Los temas fundamentales fueron la libertad, Europa y el mundo, no la unidad alemana. La mujer germanoriental, de Leipzig, a la que la Stasi había encarcelado por llevar una pancarta que exigía "un país abierto de gente libre", Lech Walesa y el pionero sindicato polaco Solidaridad, los húngaros, Mijaíl Gorbachov, Estados Unidos: a todos se les reconoció su parte de mérito. Curiosamente, la única persona que no fue suficientemente reconocida fue el predecesor de la propia Merkel, Helmut Kohl.

La caída de las fichas gigantes de dominó fue un golpe de efecto espectacular, en parte porque uno no podía dejar de pensar ¿y si sale mal? ¿Y si una de las fichas se cae de lado, o se para? Pero los alemanes lo habían calculado bien, por supuesto; son tan eficientes a la hora de derribar fichas de dominó como a la de fabricar BMW. Y qué bien estuvo situar hacia el final de la ceremonia una entrevista con Muhammad Yunus, el bangladeshí creador de los microcréditos, que habló del muro que aún separa el Norte rico del Sur pobre: die Mauer der Armut, el Muro de la Pobreza.

Así, pues, tres hurras por Alemania y tres hurras por Europa. Mientras mirábamos los focos que iluminaban el cielo nocturno sobre la puerta de Brandeburgo, pudimos reflexionar sobre la extraordinaria distancia recorrida en una ciudad que estuvo en el centro de dos guerras mundiales y la guerra fría. Al fin y al cabo, durante al menos 50 años, de 1939 a 1989, las luces de focos en la puerta de Brandeburgo fueron siempre el anuncio de que iba a morir gente, de una forma u otra, y no una señal de su liberación pacífica.

Pero luego se acabó. Los berlineses volvieron a sus casas bajo la lluvia; la policía empezó a desmontar las barreras de control de multitudes; y en la cena, según nos han dicho, los dirigentes de la UE se dedicaron a conspirar en voz baja por las esquinas sobre quién debería ser el próximo presidente del Consejo Europeo y el nuevo Alto Representante para la política exterior y de seguridad. Quizás eso era en lo que verdaderamente estaban pensando Gordon Brown, Nicolas Sarkozy y Angela Merkel, en su gélido estrado, mientras la larga ceremonia terminaba con jóvenes de todo el mundo unidos en el estribillo claramente obamaniano de una canción escrita especialmente para la ocasión: Podemos ser uno. (En cuanto a Silvio Berlusconi, parecía tener los ojos cerrados cada vez que le captaba una cámara de televisión. ¿Con qué estaría so

-ñando? Mejor no preguntar).

¿El presidente del Consejo Europeo debería ser el belga Herman van Rompuy, que inspira a los autores de haikus? ¿El Alto Representante debería ser el cerebral ministro de Exteriores británico David Miliband? ¿Es verdad que Miliband ha renunciado a ser candidato y prefiere, con un valor digno de encomio, permanecer en el puente del Titanic del nuevo laborismo? ¿Dará un noble paso al frente Peter Mandelson para convertirse, seguramente, en el lord Alto Representante (con música de Gilbert & Sullivan)? ¿O irá a parar el cargo al ex primer ministro italiano Massimo d'Alema?

Yo ya he propuesto mis candidatos: el premio Nobel de la Paz y anciano estadista Martti Ahtisaari para la presidencia y Joschka Fischer o, en su defecto, Miliband para el cargo de Alto Representante. Son personalidades importantes. Pero, aunque las habituales negociaciones entre bastidores de la UE acaben designando a dos figuras débiles y anodinas -dos conejos sacados de una chistera gris-, todavía tenemos la posibilidad de crear una Europa que sea más "una", para repetir las palabras de la canción de Berlín. Seguiremos pudiendo crear las instituciones previstas, en especial un nuevo servicio exterior europeo. Y, de todas formas, lo que hagamos con esas instituciones dependerá, tanto con el Tratado de Lisboa como sin él, de la voluntad política de los Estados miembros y sus Gobiernos democráticamente elegidos. Si quieren que avancemos, se avanzará. Si no quieren, no se hará.

Deberían quererlo, porque que en Europa tengamos gran cosa que celebrar, o no, dentro de 20 años, dependerá de que nos aclaremos en nuestras relaciones con el resto del mundo. Por supuesto, sigue habiendo cosas importantísimas que hay que hacer dentro de las fronteras de la UE: la creación de nuevos puestos de trabajo y la integración de los ciudadanos musulmanes, por no mencionar más que dos. Pero, cada vez más, los desafíos fundamentales que debe abordar la Unión Europea no se encuentran dentro de sus fronteras sino fuera de ellas.

Desde el punto de vista geográfico, las prioridades comienzan con los países de Europa que todavía no están en la UE. La fatiga de la ampliación se palpa constantemente, pero todavía queda mucha Europa que agrupar para que "Europa" sea realmente Europa: el resto de los Balcanes, Ucrania, Moldavia, Bielorrusia, tal vez Georgia y Armenia y, como caso especial y de importancia estratégica fundamental, Turquía. Si tenemos visión de futuro, deberíamos querer que todos estos países, siempre que cumplan los requisitos, sean miembros de la UE, por nuestro propio interés y por el de ellos.

Luego está Rusia. Si la UE no tiene una política para Rusia, no tendrá una política exterior. Y para tener una política común respecto a Rusia, necesita una política energética común. En el sur y el sureste está la cuestión de cómo ayudar a la modernización, la liberalización y, en definitiva, la democratización de unos países en su mayoría musulmanes que no es de prever que vayan a ser miembros de la UE. Aunque el muro de Berlín ha caído, sigue existiendo un muro que separa a israelíes y palestinos.

Más allá están las grandes potencias emergentes como China, India y Brasil. En comparación con su propio pasado desgraciado y dividido, Europa ha ascendido; en poder relativo, está descendiendo. Estados Unidos ya no considera de manera automática que Europa es su socio estratégico (la aparición de Barack Obama en un vídeo para transmitir su mensaje en la puerta de Brandeburgo no sirvió más que para recordar a todos su ausencia física. Deberían haber dejado que lo hiciera Hillary Clinton). El argumento de Miliband de que tenemos que elegir entre un mundo con un G-2, en el que las grandes decisiones las tomen Estados Unidos y China, y un mundo con un G-3, que incluya a la UE como tercer interlocutor, es simplista y exagerado, pero es útil para explicar la situación.

Todavía más allá, y con consecuencias aún más amplias, está el Muro de la Pobreza del que habló Yunus. La UE posee la economía más grande del mundo. En combinación con sus Estados miembros, suministra más de la mitad de la ayuda oficial al desarrollo del mundo. Si fuera "una" y actuase con visión estratégica, nadie tendría más posibilidades de rebajar ese muro que separa al Norte rico del Sur pobre. Y lo más importante de todo es el reto planetario del cambio climático, ahora que queda tan poco tiempo para la cumbre de Copenhague a principios de diciembre.

Lo que importa es esto: no es necesario tener ningún apego sentimental a Europa para comprender que, si queremos abordar estos problemas, necesitamos la dimensión y la influencia que sólo puede ofrecer Europa. No tiene nada que ver con los sueños de una "unión cada vez más estrecha". Se trata de Europa como medio, no como fin. El objetivo es defender e impulsar los intereses vitales de todos nuestros ciudadanos, incluidos los británicos.

Europa tiene mucho que contar sobre los últimos 60 años, y lo contó magníficamente en Berlín el lunes por la noche; pero ese relato habla sobre todo de lo que hemos conseguido dentro de Europa. El próximo capítulo dependerá de lo que hagamos fuera de ella.


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viernes, 13 de noviembre de 2009

Emociones en Berlín


Anoche volví de Berlin. Estuve allá durante tres días. Thomas y yo hicimos un recorrido diferente, era la quinta vez que visitabamos la capital alemana juntos, nunca habíamos ido al Checkpoint Charlie, ni habíamos seguido las huellas del Muro. Jamás habíamos mirado esa cara de Berlín. Ahora fué diferente, a ESO fuimos. Nada más. Nos confrontamos con la historia de la división de Alemania. Con nuestra situación personal. Thomas se conmovió. Yo también. Nos lo dijimos en el avión de regreso. En la Bornholmer Straße yo lloré, el también. Nos tomamos fotos, él del lado oriental, yo, del occidental. Hace 20 años abrieron ese paso que nos permitió estar juntos.
Los nombres apuntados en las cruces, los dibujos en las 1000 piezas de corcho blanco, los rostros de los millones de visitantes en Berlín, las palabras y los silencios. Las anécdotas en la cena de una berlinesa y de un erfurtiano, dos mexicanos. Los personas. Las libertades. Las in-di-vi-dua-li-da-des.
No se trata de lo que dicen Angela Merkel o Barack Obama, tampoco Lech Walesa o Gorvachov. Se trata de lo que el fin de la división alemana (y el fin del terror en Europa del Este) significan y significaron para las vidas de las personas.
Qué importa si hoy no hay seguridad? puedo soñar! Puedo cruzar! Verdaderamente es preferible un sistema de terror que vigila y amenaza, que aprieta la vida, pero que regala pan y techo cada día?
Si ponemos la libertad, incluso por encima de la vida somos verdaderamente libres. Si lo hacemos alrevés, seremos esclavos.

Me deja perpleja leer hoy la prensa de ayer. Hay quien se atreve todavía a cuestionar las bondades del fin del comunismo. Hay quien se atreve a decir que el capitalismo y la democracia no eran lo que prometían y hoy han defraudado a millones.
No se trata de sistemas, se trata de decisiones, de la libertad de hacerlas o no hacerlas, se trata de no tener miedo, de tener dignidad y confianza. Hoy la gente es libre, de eso se trató la Caída del Muro, de eso se trató la fiesta de anoche, de la libertad. No del triunfo o no de sistemas o de ideologías. Si hoy hay desempleo, si en 2008 hubo una crisis financiera, si hoy hay hambre en el mundo, esos son defectos del sistema que hay que corregir. 1989 no se trató de eso. Se trató de la liberación de millones de personas atrapadas tras una cortina de hierro, simplemente por el hecho de que "los de arriba" así lo decidieron. Anoche se celebró ese fin, y se simbolizó la importancia de luchar, siempre por la libertad.
Si no entendemos eso, es que no entendemos nada.

Recomendaciones sobre 1989 en la web

1989-2009, el 9 de noviembre se celebra el 20 aniversario de la Caída del Muro, pero en realidad todo 2009 se celebra el 20 aniversario de las revoluciones que hace 20 años disolvieron el comunismo en Europa. Se han publicado montón de notas y artículos de análisis aquí una lista que contiene sólo algunas. Si tienes alguna no dudes en sugerirla, aquí abajo en comentarios.

Especial de la BBC, Revoluciones de 1989 recuento gráfico y de radio por 1989. Excelente trabajo.

1989!
By Timothy Garton Ash
NYRB
Unsurprisingly, the twentieth anniversary of 1989 has added to an already groaning shelf of books on the year that ended the short twentieth century. If we extend "1989" to include the unification of Germany and disunification of the Soviet Union in 1990–1991, we should more accurately say the three years that ended the century. The anniversary books include retrospective journalistic chronicles, with some vivid personal glimpses and striking details (Victor Sebestyen, György Dalos, Michael Meyer, and Michel Meyer), spirited essays in historical interpretation (Stephen Kotkin and Constantine Pleshakov), and original scholarly work drawing on archival sources as well as oral history (Mary Elise Sarotte and the volume edited by Jeffrey Engel). I cannot review them individually. Most add something to our knowledge; some add quite a lot. It is no criticism of any of these authors to say that I come away dreaming of another book: the global, synthetic history of 1989 that remains to be written.


Winds of Change from the East
How Poland and Hungary Led the Way in 1989
By Walter Mayr, Christian Neef and Jan Puhl
Spiegel
Everyone remembers the iconic images from the dramatic breaching of the Berlin Wall on Nov. 9, 1989. But the groundwork was laid elsewhere. The fate of Germany and the rest of Europe was decided in Warsaw, Budapest and Moscow.

Twenty years later: Why the Berlin Wall fell
S A Aiyar
Indian Times
We are approaching the 20th anniversary of the fall of Communism. This comprehensively refuted the Communist claim to represent the people. Yet, the claim continues, sometimes dazzling a new generation of youngsters with no inkling of why the Berlin Wall fell on November 9, 1989.

The Cold War Never Ended
Twenty years later, historians still can't figure out why the West won.
Michael C. Moynihan
Reason
We don’t know the exact hierarchy of motives, but it is certain that Chris Gueffroy was willing to leave his family and friends to avoid conscription into the army. Considering the associated risks, it’s likely that the 20-year-old was also strongly motivated to escape the stultifying sameness, the needless poverty, the cultural black hole that was his homeland. In his passport photo, he wore a small hoop earring, an act of nonconformity in a country that prized conformity above all else. But Gueffroy’s passport was yet another worthless possession, for he had the great misfortune of being born into a walled nation, a country that brutally enforced a ban on travel to “nonfraternal” states.

Will Year of Miracles Be Squandered?
Cynicism Threatens to Destroy Gains of 1989
Adam Michnik
Spiegel
Poland and Central Europe have prospered since the fall of communism in 1989. Today, however, Europe is faced with a great test. A leading Polish journalist and ex-dissident argues that cynisism and the lure of authoritarianism are the new threats to a European freedom secured only two decades ago.

El especial de la revista alemana Spiegel en inglés sobre el 20 aniversario

La instalación en Los Angeles llamada The Wall Project

El proyecto Voices de la BBC
89 Voices - Berlin.Twenty years ago protests against communist governments in Poland, Hungary and East Germany started to develop, but quickly spread across Eastern Europe.
In a series '89 Voices', Outlook hears the stories of five 20-year-olds who were born in that extraordinary year.



El especial de aniversario en Die Zeit (alemán)



El especial de la rbb (ARD, Tageschau) en alemán


La página Crónica del Muro con investigación profunda sobre el tema en alemán y en inglés



Historia de la RDA en la Bundeszentrale für politische Bildung (alemán)



El Calendario de eventos para festejar la caída del Muro (alemán e inglés)



Dossiers sobre la revolución pacífica (alemán)



Artículos sobre 1989 en Wissen Spiegel (aléman)



Especial de la Deutsche Welle sobre la reunificación (espanol)



Centro de Información Alemán especial sobre el 20 anviersario (espanol)



Y claro, Gera´s Place especial Revoluciones 1989



Y el Blog Gera´s Place especial Caída del Muro, nuevo!

Yuan nos recomienda el siguiente artículo:

Ronald Grigor Suny, "Empire Falls: The Revolutions of 1989", The Nation, 28 de octubre de 2009, http://www.thenation.com/doc/20091116/suny/single.

Mil Gracias!

Ya salió la segunda parte de la nota de Timothy Garton Ash en el New York Review of Books:
Velvet Revolution: The Prospects
Volume 56, Number 19 · December 3, 2009

"Painting with a deliberately broad brush, an ideal type of 1989-style revolution, VR, might be contrasted with an ideal type of 1789-style revolution, as further developed in the Russian Revolution of 1917 and Mao's Chinese revolution. The 1789 ideal type is violent, utopian, professedly class-based, and characterized by a progressive radicalization, culminating in terror. A revolution is not a dinner party, Mao Zedong famously observed:
A revolution is an uprising, an act of violence whereby one class overthrows another.... To right a wrong it is necessary to exceed proper limits, and the wrong cannot be righted without the proper limits being exceeded.

The 1989 ideal type, by contrast, is nonviolent, anti-utopian, based not on a single class but on broad social coalitions, and characterized by the application of mass social pressure—"people power"—to bring the current powerholders to negotiate. It culminates not in terror but in compromise. If the totem of 1789-type revolution is the guillotine, that of 1989 is the round table."

jueves, 12 de noviembre de 2009

El Peligro Alemán

LLUÍS BASSETS
El peligro alemán
LLUÍS BASSETS 12/11/2009

Margaret Thatcher y François Mitterrand se llevan la palma, a los 20 años del memorable acontecimiento. Se supo entonces, pero se ha confirmado todavía más ahora. Pero no estaban solos. Al contrario. Fueron muchos los que acogieron la caída del Muro con serios reparos, que fueron creciendo a medida que el horizonte hasta entonces lejano de la unificación alemana iba acercándose a toda velocidad. En España hubiera habido mayoría en contra si se hubiera puesto a votación entre los dirigentes políticos a derecha e izquierda. Helmut Kohl ha evocado con agradecimiento el caso excepcional de Felipe González.

La mayoría de los políticos españoles del momento hacían suya la frase del escritor François Mauriac, que no de Mitterrand como se ha dicho: estaban tan enamorados de Alemania que preferían que hubiera dos. Una Alemania unificada, nos decían, volvería a las andadas. Toda Europa marcaría el paso de la oca al compás de sus tambores. Regresarían el nacionalismo y el militarismo, incluso el antisemitismo. Quizás un nuevo Hitler surgiría de las sentinas de la sociedad alemana.

Todo eso no era más que una enorme demostración de conservadurismo político, estrechez moral y miseria intelectual. Y también de un curioso prurito historicista, profundamente perezoso, que sólo sabe ver el futuro como repetición de un pasado convertido en mito inmutable. Aunque los hechos han desmentido todos y cada uno de los temores, vale la pena hacer un rápido balance de lo que ha sucedido en estos 20 años respecto a los miedos europeos ante el regreso de Alemania.

Para empezar, no tenemos una Europa alemana, sino una Alemania europea, tal como quería Kohl. La unificación alemana ha traído también la unificación europea, que arrancó inmediatamente con el ingreso de los países que habían sido neutrales en la guerra fría, Austria entre ellos. Ante este movimiento, también hubo quien se echó las manos a la cabeza: otra vez la Anschluss o anexión de Austria, como en 1938. No ha sido así, al contrario. Austria es un socio europeo más, que comparte la moneda con Alemania, pero desarrolla su vida política propia con total independencia de Berlín.

El euro es la moneda de 13 países y no una nueva denominación del marco alemán. El miedo a una continuación de la llamada zona marco, en la que la moneda más fuerte actuaba de cabeza de la serpiente monetaria europea, ha quedado desmentido por los hechos. El Banco Central Europeo no es el Bundesbank y el euro no es un disfraz del marco. La renuncia de Alemania a su soberanía monetaria es el precio contante y sonante con el que Berlín ha pagado por el apoyo a la unificación.

La extrema derecha nacionalista tampoco ha renacido ni lo ha hecho el racismo xenófobo y antisemita, como los agoreros más truculentos se empeñaban en profetizar. Hubo en los primeros años algunos incidentes, a veces trágicos y con víctimas mortales, con trabajadores extranjeros, pero no en mayor medida, quizás incluso menos, de lo que se registran en otros países.

Tampoco ha habido resurgimiento alguno del militarismo como fruto de la unificación y de la salida de las tropas soviéticas. El Ejército alemán ha participado por primera vez en misiones en el extranjero, fruto de una decisión tomada por un Gobierno rojo y verde, con un ministro de Exteriores como Joschka Fischer al frente, primero en los Balcanes y ahora en Afganistán. Y no ha pasado nada.

Los sucesivos Gobiernos alemanes se han entregado con toda franqueza a la construcción europea y no han sido ellos, sino sus vecinos holandeses, franceses, irlandeses, polacos y por supuesto británicos, quienes han aprovechado las sucesivas reformas para poner obstáculos y barrer hacia casa. Se ha notado, es cierto, un repliegue nacionalista en toda Europa, pero no ha sido obra de los alemanes, sino de los socios de siempre. Alemania ha sido un jugador leal y europeísta en un momento de depresión y desaceleración en la construcción europea.

La ampliación, con la que los británicos buscaban diluir la UE, ha sido muy interesante para Alemania, pero por razones sobre todo económicas. La lengua alemana y la influencia cultural han menguado en todo el centro de Europa, pero no las inversiones ni el comercio. Una razón adicional para desmentir los temores de quienes blandían los espantajos del hegemonismo y del expansionismo.

La capitalidad de Berlín, que también fue esgrimida en algún momento como alguna forma de inconveniente, ha enriquecido a toda Europa, que cuenta con un nuevo centro cultural y político de enorme dinamismo y extiende así la influencia europea hacia el profundo Este europeo. En la urbe prusiana repite mandato Angela Merkel, hija directa de la unificación y la primera mujer que preside un Gobierno alemán. Todo contribuye a que los 20 años de la Alemania unida sean un motivo de alegría y de esperanza para todos los europeos.


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El Muro y Algo Más

El muro y algo más
Por José Woldenberg

A 20 años de "la caída" del Muro de Berlín el suceso es ya un ícono expresivo del fin de los regímenes totalitarios en Europa central y oriental. Lo que inició como un proyecto emancipador y justiciero, que concitó las esperanzas de millones de personas en todo el mundo, terminó con el derrumbe de unos aparatos estatales verticales, dogmáticos y represivos. Ello llevó a Ralf Dahrendorf (La libertad a prueba) a escribir que los sucesos de 1989 eran "el final del totalitarismo, que había dado su rostro asesino al siglo XX" (la otra pinza, el nazi-fascismo, había sido derrotada en 1945).

Con el muro se desplomó una serie de realidades opresivas, pero también un abanico grande de ideas o nociones. Ya se sabe, realidades e ideas suelen vivir confundidas, alimentándose mutuamente o en tensión, pero nunca son una y la misma cosa. Muchas de las situaciones que marcaron la vida de las sociedades de Europa central y oriental desaparecieron, y buen número de las nociones que las acompañaron se derrumbaron, pero las ideas no mueren... o por lo menos no lo hacen súbitamente. Caen en las "preferencias del público", aumentan o disminuyen sus seguidores, se incrementa o se reduce su poder de atracción. Pero no desaparecen.

Hago un recuento mínimo de esas realidades-ideas subrayando que las segundas suelen ser más persistentes que las primeras.

1. La presunción de que la búsqueda de la equidad social reclamaba la abolición de las libertades. La cancelación de la libertad de expresión a nombre de la verdad única, oficial, incontrovertible; la abolición de la libertad de organización porque tendía a disolver la unidad del pueblo, un monolito sin fisuras que ya tenía representantes auténticos; la anulación de la libertad de tránsito porque era un privilegio inaceptable, una fuga del paraíso de aquellos que se habían beneficiado de la inversión estatal en ellos, en fin, la supresión de las libertades como presunta condición para la construcción de una sociedad igualitaria.

2. La fusión (confusión) entre el Estado y el partido, lo que impedía la formación de cualquier opción distinta a la oficial. Si la clase "portadora del futuro" ya había construido su partido y éste había logrado apoderarse del aparato estatal, cualquier otra expresión organizativa no podía ser más que la cristalización de intereses contrarios al pueblo, los trabajadores, la mayoría.

3. La noción de que existe una concepción omniabarcante correcta enfrentada a ideologías que no eran más que expresión de intereses ilegítimos. Si una forma de ver y evaluar "las cosas" es la verídica, la científica, la correcta, las otras no pueden ser más que fórmulas mentirosas, supersticiosas, falsas, al servicio de intereses inconfesables y por ello punibles.

4. La idea de una subordinación absoluta del individuo -una pieza minúscula y prescindible- al Estado, que representa las pulsiones progresistas de la sociedad. De esa forma los derechos individuales -auténticas edificaciones civilizatorias- fueron suprimidos de facto o invalidados de jure. El Todo -el Estado- era lo relevante y los ciudadanos fueron convertidos en súbditos.

5. El mundo organizado de manera bipolar, la "Guerra Fría", con una potencia que encarnaba el Bien y la otra el Mal y que por supuesto resultaban intercambiables dependiendo del alineamiento por el que se optaba. Esa lógica, que buscó y logró formar a buena parte de los países en dos grandes bloques, veía en cada ensanchamiento del bando respectivo un triunfo y en el del contrario, una derrota.

6. La planificación central de la economía sin espacios para la innovación y la improvisación. La forja de un aparato burocrático omniabarcante que pretendió abolir el mercado derivó en una esclerosis de las "fuerzas productivas" que se estancaron hasta edificar una potencia militar con "pies de barro", un imperio rezagado en materia de generación y distribución de bienes de consumo cotidiano.

7. La idea de una vanguardia iluminada que podía y debía imponer su visión al resto, para lo cual todos los medios eran legítimos. Y si todas las fórmulas de la acción política se encuentran justificadas por los objetivos que se persiguen, entonces nada está prohibido, y todo es según "del color del cristal con que se mira". Por fin, la política independizada del derecho y por supuesto de la ética (una rémora a la que son adictos los pusilánimes, dirían).

Sin embargo, no es con los antónimos de esas nociones como se pueden construir sociedades habitables. La conjunción virtuosa de libertad y equidad, pluralismo y política de Estado, planificación e innovación, Estado y mercado, derechos individuales y redes de protección social, fuerte discusión y capacidad de acuerdos de mediano y largo plazos, parecen ser requisitos para no crear infiernos en la tierra. No obstante, esa articulación de valores positivos en tensión siempre resulta mucho más fácil de enunciar que de alcanzar. De ahí la complejidad de la política... y de la vida.





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Fecha de publicación: 12 Nov. 09

La Guerra Fría en México

AGENDA CIUDADANA

El muro, la Guerra Fría y nosotros
Por Lorenzo Meyer

La Guerra Fría también tuvo un "frente mexicano" y sus consecuencias aún se dejan sentir

Tesis

La conmemoración de la caída del Muro de Berlín hace 20 años es, entre otras cosas, la celebración del fin de una larga y peligrosa pugna entre las dos grandes superpotencias vencedoras del Eje en 1945 y, también, el reconocimiento del triunfo del "capitalismo real" sobre el "socialismo real". Y lo de "real" significa que ninguno de los dos sistemas fue lo que sus respectivos teóricos supusieron que deberían haber sido, aunque la distorsión del socialismo fue la más terrible. El fin de la llamada Guerra Fría disminuyó el peligro de un holocausto nuclear, pero el mundo no pareciera haber mejorado mucho desde entonces.

El recuerdo de lo ocurrido hace 20 años en la capital alemana pudiera parecernos algo relativamente ajeno porque nuestro país nunca llegó a ser escenario de un choque frontal entre el Este y el Oeste. Al inicio de ese conflicto México ya se encontraba plantado firmemente dentro de la esfera de influencia norteamericana y ahí ha permanecido desde entonces. Sin embargo, ese conflicto nos atañe porque tuvo efectos indirectos pero decisivos en nuestro proceso político y las reverberaciones del choque EU-URSS aún se sienten.

Por ejemplo, la Guerra Sucia y la campaña del miedo que caracterizaron la contienda electoral del 2006 se explican, entre otras razones, porque el terreno en que se dio entonces el choque entre izquierda y derecha reactivó prejuicios y mecanismos que databan de la época en que la atmósfera de la Guerra Fría envolvió a México, desde el final de los 1940 hasta inicios de los 1990.




El frente mexicano

El temor a la destrucción mutua, en caso de un conflicto directo, hizo que Estados Unidos y la URSS sólo transformaran su Guerra Fría en caliente en ciertas zonas del mundo subdesarrollado y siempre dentro de límites, pues nunca usaron sus armas atómicas (aunque hubo la posibilidad) ni sus ejércitos chocaron directamente sino con los aliados del otro.

México, aunque formaba parte del amplio mundo periférico, nunca fue teatro importante de la pugna Este-Oeste y se salvó de experiencias terribles como las de conflictos locales convertidos en pruebas de fuerza entre Washington y Moscú, como ocurrió en Grecia, Corea, Vietnam, Cuba, Angola, Afganistán o Centroamérica, por sólo mencionar algunos ejemplos notables.

En México, la rivalidad "Bloque Capitalista"-"Bloque Socialista" fue asunto que involucró directa y sistemáticamente apenas a un puñado de actores extranjeros. Las embajadas de la URSS y las de los países de la Europa del Este y Cuba tuvieron más personal del que se justificaba para atender el poco comercio y contactos con México. Por su parte, la embajada americana, y su red de consulados, siempre contó con un personal numeroso y explicable en función de la vecindad y el intercambio de bienes y personas entre el sur y el norte del Río Bravo, pero Washington también montó en México un enorme aparato para vigilar y actuar no sólo con relación a soviéticos, cubanos y agentes de la Europa del Este, sino para mantenerse en contacto con los aparatos de inteligencia mexicanos y seguir de cerca las actividades de la izquierda mexicana, desde el general Lázaro Cárdenas y Vicente Lombardo Toledano hasta miembros del Partido Comunista Mexicano pasando por personalidades, movimientos y publicaciones con actitudes más o menos progresistas y nacionalistas. A quien quiera echar una mirada rápida a la Guerra Fría en México, le puede servir acudir a libros como el de Jefferson Morley y Michael Scott, Our Man in Mexico. Winston Scott and the Hidden History of the CIA (University of Kansas, 2008).




Las raíces

La lectura de los archivos norteamericanos, especialmente los del Departamento de Estado, deja bien en claro que en el arranque de la Guerra Fría, la embajada norteamericana deseaba que el sucesor de Ávila Camacho fuera una gente de su entera confianza: el secretario de Relaciones Exteriores, Ezequiel Padilla. La posibilidad de que finalmente el secretario de Gobernación, Miguel Alemán, fuera quien llegara a la Presidencia fue muy mal recibida por el embajador norteamericano George Messersmith porque éste sospechaba de las relaciones de Alemán con la izquierda y de la corrupción del personaje, ya desde entonces reconocida. La sospecha se basaba en el apoyo de la CTM de Lombardo Toledano y del general Cárdenas -ambos, según la embajada, vinculados con la URSS- a la candidatura de Alemán.

Plenamente consciente de la posición del embajador norteamericano, Alemán, en su calidad de candidato oficial, buscó que sus emisarios aseguraran al diplomático que su anticomunismo y su simpatía hacia Estados Unidos eran genuinas y tan de fondo como el que más. En cuanto Alemán asumió la Presidencia, maniobró para expulsar a Lombardo de la CTM y dejarla enteramente en manos de ese perfecto ejemplo de oportunismo que fue Fidel Velázquez. El cardenismo fue alejado de los corredores del poder, la izquierda fue vigilada y hostilizada. En reciprocidad, Alemán fue recibido con un entusiasmo sin precedentes por Harry S. Truman en Washington. Luego, las empresas petroleras norteamericanas volvieron mediante los llamados "contratos riesgo". Una relativa armonía reinó entonces en la relación Washington-México.

El sucesor de Alemán no fue el general Miguel Henríquez Guzmán -de nuevo sospechoso a ojos de la embajada norteamericana de simpatías por la izquierda y el cardenismo- sino Adolfo Ruiz Cortines (ARC). Eso no impidió que ARC fuera objeto de la presión norteamericana por su inclinación a apoyar a ciertas empresas estatales en vez de a la inversión privada. También se le hizo saber a ARC que a Washington no le agradaban sus titubeos frente a una Guatemala que pretendía un mayor grado de independencia y el desarrollo de políticas agrarias no muy diferentes de las que había seguido la Revolución Mexicana.

Al final, México simplemente vio con impotencia cómo los últimos jirones de la Buena Vecindad se los llevaban entre las patas los caballos de la intervención de Estados Unidos al sur del Suchiate en contra del gobierno legítimo de Jacobo Árbenz. Adolfo López Mateos (ALM) debió caminar en el filo de la navaja porque en los 1960 la Guerra Fría llegó aún con más fuerza a las fronteras mexicanas como resultado del giro a la izquierda de la Revolución Cubana. ALM golpeó con dureza a la izquierda -destrucción del vallejismo, encarcelamiento del muralista David Alfaro Siqueiros y el asesinato de Rubén Jaramillo y su familia- pero eso no impidió que Washington viera mal su nacionalización de la industria eléctrica y le obligara a tener que hacer malabarismos para decir "sí, pero no" y "no, pero sí" en relación con el principio de no intervención en el caso cubano.

A Gustavo Díaz Ordaz su anticomunismo le valió que al final de octubre de 1968 el presidente norteamericano, Lyndon Johnson, le felicitara por la buena organización de los Juegos Olímpicos, que no dijera una palabra en relación con la masacre de estudiantes el 2 de octubre en la Plaza de las Tres Culturas y que diera por buena la tesis oficial mexicana de que el 68 había sido una conspiración y una provocación comunista pese a que los reportes internos de la CIA no avalaron esa versión.

Luis Echeverría irritó mucho al gobierno norteamericano con su retórica tercermundista, pero, según lo señaló en su libro de 1975 el ex agente de la CIA, Philip Agee -Inside the Company: CIA Diary (Bantam Books)-, Echeverría también era Litempo 14, un informante de los servicios de inteligencia norteamericanos desde su época de secretario de Gobernación. La Guerra Fría, como muchas otras, fue un terreno ideal para actuar en varias pistas. La Revolución Nicaragüense llevó a José López Portillo a hacer jugar a México el papel de "potencia intermedia" respaldada por su petróleo, pero la dureza de Ronald Reagan y la crisis económica de 1982 hicieron que tal empeño concluyera en desastre.

En el penúltimo año de la Guerra Fría, el PRI y la derecha mexicana, con el apoyo explícito del embajador norteamericano, Charles Pilliod, montaron con éxito en 1988 la defensa del fraude electoral que había impedido a Cuauhtémoc Cárdenas, cabeza de una izquierda muy moderada, llegar al poder y que, en cambio, se afirmaran en la Presidencia Carlos Salinas y el neoliberalismo. Salinas se convirtió en el arquitecto de un tratado de libre comercio con Estados Unidos que ligó, como nunca antes, nuestra economía a la norteamericana.




En conclusión

La Guerra Fría nos atañe directamente porque también se libró en el frente mexicano y contribuyó mucho a conformar el México de la segunda mitad del siglo XX. A 20 años de distancia aún vivimos con su legado.





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Fecha de publicación: 12 Nov. 09

miércoles, 11 de noviembre de 2009

We weren´t born to follow VIDEOS

Esta fué la canción que se eligió para la Fiesta de la Libertad en Berlín.
Bon Jovi's single 'We Weren't Born To Follow'



Yo no identifico a Bon Jovi con esa época.
Platicando con un grupo de amigos pensamos que hubiera sido mejor alguien que se identifique más con los ochenta y Alemania y pensamos en estas:

Scorpions con Winds of Change


Pink Floyd Another Brick in the Wall


David Bowie Heroes


Nena con 99 Luft Ballons


Udo Jürgens con Sonderzug nach Pankow

Cómo se construyó el Muro de Berlín


Los Años ¿Maravillosos? O Cómo se llegó al Muro de Berlín
Por: Geraldina González de la Vega

Dos conceptos clave:
Cortina de Hierro: Un 5 de marzo de 1946, Winston Churchill pronunció su discurso "Iron Curtain" en el Westminster College en Fulton, Missouri. Este discurso ha sido marcado por historadores como la fecha del principio de la Guerra Fría. En él Churchill acuña frases que se convertirían en piezas importantes de la política internacional hasta finales de los ochenta. "From Stettin in the Baltic to Trieste in the Adriatic an iron curtain has descended across the Continent."
Guerra Fría: La primera vez que se usó políticamente el término de “guerra fría” para referirse a las tensiones geopolíticas entre la URSS y los aliados occidentales se atribuye a un discurso pronunciado en Carolina del Sur, en 1947, por Bernard Baruch, un financiero estadounidense y asesor presidencial. Sin embargo, desde octubre de 1945, George Orwell había publicado su ensayo “You and the Atomic Bomb” en el diario Tribune en donde advierte una paz que no es, sino que se trata de una permanente “guerra fría”.

Nacen las dos Alemanias:
República Federal Alemana: Alemania queda dividida en cuatro zonas, que al final se convertirán en dos: la oriental a manos de los soviéticos y la occidental a manos de los aliados. Durante las conversaciones de Yalta y de Potsdam los cuatro aliados, Francia, Gran Bretaña, Estados Unidos y la Unión Soviética, se repartieron el territorio creando cuatro zonas. En junio de 1948, lo que sería la República Federal Alemana (RFA), introduce una reforma monetaria lo que revive la economía. La URSS decide no participar en el establecimiento de una economía de mercado en su zona y deciden bloquear Berlín occidental (En adelante WB) . Berlín había sido dividida en cuatro zonas, igual que todo el país, quedando la zona oriental en manos de los soviéticos. Los vías terrestres y por agua hacia WB fueron bloqueada durante 11 meses. Para abastecer a las personas allí atrapadas, se realizó un puente aéreo por parte de los Estados Unidos. Este hecho devolvió muchas simpatías alemanas hacia ese país. El bloqueo se levanta el 12 de mayo de 1949. El 23 del mismo mes y año, se crea la República Federal Alemana a través de la promulgación de su Ley Fundamental con lo que establece un estado separado de la parte oriental. Los aliados consideraron necesaria la creación de una democracia constitucional con libre mercado para evitar el avance soviético. En septiembre la RFA ya tiene un Bundestag, un Canciller –Konrad Adenauer- y un Presidente –Theodor Heuss.
República Democrática Alemana: El 7 de octubre de 1949 se promulga la Constitución de la República Democrática Alemana (RDA), días después es electo como Presidente Wilhelm Pieck. La elección de la primera Asamblea del Pueblo tiene lugar el 15 de octubre de 1950. El partido que gobernaría hasta 1989, el Sozialistische Einheitspartei Deutschlands (Partido Socialista Unificado Alemán o SED por sus siglas en alemán) fué creado en 1946 con la fusión de los partidos Comunista Alemán (KPD) y el Partido Socialdemócrata Alemán (SPD). Con la creación de éstos dos estados a partir de la Alemania derrotada, comienza la división geográfica del mundo en dos cuarteles: el occidental, lidereado por los Estados Unidos al que se incorpora la RFA en mayo de 1949 y el soviético, lidereado por la URSS al que se incorpora la RDA en octubre de 1949.
1950 comienza con dos Alemanias y congela más la relación gracias a la participación de ambos bandos en la guerra de Corea.

Una propuesta y un ultimátum
La Propuesta: En 1950 se plantea el rearmamiento de la RFA con motivo de la guerra de Corea. La RFA reorganiza sus fuerzas armadas, es admitida en la OTAN y se propone la creación de una Comunidad de Defensa Europea. Inmediatamente después de la firma del Tratado de la Comunidad, Stalin reacciona, y en marzo de 1952 lanza una Nota Diplomática en donde propone la reunificación alemana bajo la condición de que renuncie a su integración a Occidente y estuviera lista para aceptar un estatus de neutralidad. En cuyo caso, Moscú estaría dispuesto a permitir fuerzas de defensa a Alemania. La Nota Diplomática de Stalin es vista con gran suspicacia. En una segunda Nota de abril de 1952, Stalin aclara algunos puntos, como la forma de organización política que adoptaría la “nueva Alemania” y las palabras del compromiso que ésta adquiriría en caso de aceptar la propuesta. Siguió una Nota británica de mayo de 1952 en donde se aclara que el gobierno británico estaría dispuesto a negociar la propuesta, si tuviera la seguridad de que la Unión Soviética no volverá a hacer inútiles los acuerdos de las negociaciones y establece ciertos puntos como la libertad del pueblo a elegir su gobierno -que deberá ser libre- y a la firma de un tratado de paz, con ese Gobierno. Las dos Notas británicas, de marzo y mayo de 1952, se entienden firmadas en nombre de los aliados.
La Nota llegó demasiado tarde. Un retorno a 1948 era difícil sobre todo por los riesgos que implicaba tomar la palabra soviética, sobre todo con la guerra de Corea encima. Una neutralización de Alemania pondría en peligro a la recién formada Comunidad de Defensa Europea y probablemente también a la OTAN. Konrad Adenauer, el canciller de la RFA, tampoco vió con buenos ojos la Nota. Pero finalmente, la decisión no estaba en él, sino en Washington, en manos del Presidente Truman, quien seguramente vería en su aceptación el derrumbamiento de sus planes estratégicos contra los soviéticos. El ex-canciller Helmut Schmidt es de la opinión de que Adenauer cometió un error, “se precipitó a rechazar la propuesta, aunque su aceptación estaba en manos de Truman.”
El Ultimátum: La ofensiva diplomática entre Occidente y la URSS continuó. La URSS estaba decidida a mostrar que los Estados Unidos eran un “Tigre de Papel”. En 1957 el lanzamiento del Sputnick ponía en evidencia “la superioridad tecnológica soviética”. Aprovechando el shock causado a los estadounidenses, en noviembre de 1958, Nikita Jrushchov en un discurso en el Palacio de los Deportes de Moscú, lanza un ultimátum a los aliados, mismo que da comienzo a una nueva crisis sobre Berlín. “En caso de que los poderes aliados, dentro de los seis meses siguientes, no entren en negociaciones sobre un tratado de paz y la transformación de WB en un estado libre, la Unión Soviética firmará un tratado de paz unlitateral con la RDA y transmitirá todos sus derechos y responsabilidades sobre Berlín, fundamentalmente transmitiría el control de las vías de comunicación de la RFA al territorio, por tierra, aire y agua.” El objetivo de este ultimátum era estabilizar a la RDA, quien con la existencia en su centro de WB, tenía una espina clavada en la espalda. Los aliados no respondieron y se negaron a negociarlo durante dos años. La URSS no tomó medidas inmediatas. En realidad el ultimátum no era ofensivo, sino defensivo. La radicalización de su postura daría tiempo para que la RDA se recuperara económicamente.

Enero de 1961
“La situación económica no mejora camarada.” Lo que en un principio comenzó como una competencia real entre ambas Alemanias, acabó siendo un fiasco para la RDA. Las reglas de la democracia centralizada no permitieron que la economía se desarrollara al paso que lo hacía la de la RFA en manos del genio Ludwig Erhard. A pesar de que Walter Ulbricht, el Secretario General del partido, se esforzara por realizar una importante transformación del orden político y económico de la RDA siguiendo el ejemplo soviético, la realidad lo alcanzó en 1953. La muerte de Stalin y la reforma del Politburó obligó a Ulbricht a dar un nuevo curso a la política económica, lo que, aunado a una reforma a las condiciones laborales que rebajaba los salarios, acalora los ánimos del pueblo alemán y lleva a las revueltas de junio de 1953 en donde la Unión Soviética hace uso de su "derecho de guerra" y ataca con poder militar a los civiles. En 1955 la RDA obtiene la soberanía total por parte de la URSS y es incorporado como miembro del Pacto de Varsovia, lo que lleva a la instalación de un Ejército Nacional Popular.
Durante los cinco años siguientes, la situación política sigue en relativo orden y calma. Aunque el número de personas que abandonan la RDA aumenta cada año. La colectivización de las tierras y otras medidas que coartaban las libertades no eran toleradas por muchos, entre 1949 y 1961 cerca de 2,7 millones de personas abandonaron el territorio de la RDA. La mayoría de las personas eran profesionistas y jóvenes, lo que significaba una pérdida importante para la economía comunista.
El plan económico de Walter Ulbricht no estaba funcionando, escaseaban muchos productos básicos y debían ser racionados. Muchas personas vivían en Berlín Oriental (OB) pero trabajaban en WB para aprovechar los beneficios de ambos lados, lastimando la economía. Se tomó la decisión de reforzar los controles en las fronteras y de construir barricadas para evitar la fuga y el desplazamiento de personas entre ambas zonas. Eso evidentemente provocó un mayor número de exiliados.
Para enero de 1961 la crisis económica provoca la renuncia al Acuerdo del Partido de 1958: “Probar la superioridad del socialismo sobre el capitalismo”. Para este tiempo, había sido sobrepasado el racionamiento de los alimentos y bienes de consumo. Ulbricht decidió dirigirse al líder soviético, Nikita Jrushchov, y avisarle que el plan había fallado. “La RDA está económicamente muy por debajo de la RFA y las Fugas de la República no pueden ser evitadas.” Ulbricht propone cerrar las fronteras para evitar la fuga de cerebros. Así mismo, solicita a Jrushchov un crédito de 800 millones de marcos alemanes. “De no ser posible, entraremos en una seria crisis de abastecimiento y producción que será percibida por todos y que podría poner en riesgo la solución pacífica de la cuestión de Berlín Occidental y la firma de un tratado de paz.” Para contrarestar esto, Ulbricht propuso a Jrushchov una ofensiva propagandística de la RDA y una carta personal al Presidente electo de los Estados Unidos, John F. Kennedy que haría llegar en el mes de marzo.
El 30 de enero de 1961, Ulbricht recibió la correspondencia desde Moscú, la carta de Jrushchov decía “Estimado Camarada Ulbricht, la ayuda económica será tratada por los canales diplomáticos. Sobre la propuesta de escribir a JFK, sé de su preocupación por que se realicen los pasos diplomáticos para la preparación de las negociaciones de un tratado de paz, pero la opinión de la RDA sería solicitada, sólo cuando los soviets no lograran llegar a un acuerdo con Kennedy. Un saludo Comunista.”
JKF, el chico el bronceado: El 20 de enero de 1961 toma posesión el Darling de los estadounidenses, John Fitzgerald Kennedy. En su discurso de inauguración pintó un mundo libre amenazado, fué tan catastrofista que tuvo que dar esperanzas de que todo estaría bien y ofrece un nuevo comienzo a los enemigos. Eisenhower, su antecesor, había calmado el furor nuclear, pero al parecer JFK buscó subir el tono nuevamente. Buscó hacer uso de una estrategia de “respuesta flexible”. La estrategia elegida era para la guerra y no para evitar una, quizá olvidó que la guerra fría, no era una guerra en sí. Con ella, JFK esperó un efecto intimidatorio en las filas soviéticas, pero no consideró qué tan amplia sería su capacidad de maniobra. El discurso inaugural de Kennedy es de los más conocidos de la historia. Propone un nuevo comienzo, explorar las diferencias y los problemas, propone la inspección y control de armas, invocar las maravillas de la ciencia y no sus terrores. Advierte que lo propuesto, la libertad pues, no será alcanzada en los primeros 100 días, ni en los primeros 1000, ni durante su administración, quizá, dice, “ni siquiera en esta vida, pero (no importa) comencemos”.

Las cachetadas:
Cuba: El 17 de abril de 1961, apenas 3 meses después de su llamado a la concordia, JFK apoya la invasión de Bahía de Cochinos conducida por unos 1200 exiliados cubanos anti-castristas, entrenados por los Estados Unidos, llamados Brigada 2506. Su objetivo: derrocar a Fidel Castro. La invasión falló y Kennedy tuvo que desistir de su apoyo. Estaba en un dilema, si apoyaba a los rebeldes podría sacrificar WB, si retiraba su apoyo, sería el hazmereír. Prefirió la segunda. Desde su época de estudiante JFK se había planteado que “las democracias no están listas todavía para tomar por asalto a las dictaduras totalitarias.” La derrota implicó el apoyo al régimen castrista por gran parte de la comunidad internacional y la victimización de los comunistas.
Viena: El 4 de junio de 1961, se reunen en Viena, JFK y Nikita Jrushchov. Jrushchov aprovecha el desastre de Bahía de Cochinos para presionar a los Estados Unidos, repite su ultimátum de 1958 y aclara que la URSS está dispuesta a que a finales de 1961, se firme un tratado de paz por separado con la RDA, en caso de que los Estados Unidos no estuvieren dispuestos a firmar un tratado similar. Los aliados se verían obligados a negociar el uso de las vías de comunicación hacia Berlín con el gobierno de la RDA. Jrushchov dijo “No queremos una guerra, pero si nos obligan, habrá una.” A lo que JFK respondió “así es, parece que este año tendremos un frío invierno.”

Los estelares:
¿Quién habló de un Muro?: El 15 de junio de 1961 el Secretario General del SED, Walter Ulbricht, dió una conferencia de prensa que más que tener un carácter informativo, pretendió ser un medio para influir en las voluntades y ánimos de Estados Unidos y la URSS. En ella, Ulbircht alabó la idea de que los soviéticos buscaran el desarme y anunció que las intenciones de Jrushchov sobre el tratado de paz mejorarían la gobernabilidad de la RDA en Berlín, pues permitirían disolver el status de las cuatro zonas al asumir el control sobre todas las rutas de y hacia Berlín. Se abrió la sesión de preguntas por parte de la prensa donde Ulbricht responde a la, ya histórica, pregunta de la periodista del Frankfurter Rundschau, diario de la RFA. “Entonces, ¿la frontera estará en la Puerta de Brandenburgo?” que fué respondida con “Nadie tiene intención de construir un muro.” La intención de las palabras de Ulbricht era doble, aunque Jrushchov no había aprobado la construcción del muro, sus palabras aumentarían el éxodo y no dejarían alternativa a Jrushchov más que aprobarlo y por otro lado, buscaba desmoralizar a los habitantes de WB, quienes veían en las derrotas dilpomáticas de Kennedy malos augurios. Inmediatamente después, Ulbricht solicitaría una reunión con el Pacto de Varsovia, en ella trataría el tema económico y el problema de las fugas hacia la RFA. La solicitud fué considerada por el Presidium del Soviet el 29 de junio y estableció la reunión para el 3 de agosto.
West Berlin: El 25 de julio de 1961, JFK apareció en TV aclarando la situación de Berlín. En él no menciona para nada a OB. Dice que WB será el símbolo de occidente, subraya su importancia para el “mundo libre” y declara que claudicar en su protección podría desatar una reacción en cadena. Establece los tres puntos o posición mínima sobre este territorio aliado: el libre acceso a WB, el derecho al despliegue de tropas en WB y la capacidad de superviviencia de WB. Llama forajidos a los soviéticos y se autonombra sheriff de la libertad. Este discurso ha sido interpretado como la liberación para la construcción del muro, pues Kennedy hace válidos los derechos de los aliados únicamente para WB y no declara esencial la libertad de tránsito entre Berlín oriental y occidental. Habla de lo “suyo y lo nuestro”. Y subraya que las nuevas preparaciones que se harán para defender la paz son parte de la construcción a largo plazo de su fuerza, la que comenzó desde enero pasado. Ésta está basada en sus (las de los EEUU) necesidades para enfrentarse a una amenaza mundial, sobre una base que se extiende más allá de la presente crisis en Berlín. Finalmente, acaba retando a la URSS, “la decisión es suya.”

Las consecuencias:
Rompimiento: Nikita Jrushchov no tomó bien el discurso de Kennedy, pero cuando lo leyó ya traducido al ruso, se puso furioso. Jrushchov invitó a su casa de Sotschi, los días 26 y 27 de julio, a John McCloy, el enviado de Kennedy para temas de desarme. Allí Jrushchov estalló, le dijo que el discurso de Kennedy estaba a un paso de la declaración de guerra y amenazó con una guerra termonuclear a McCloy “puedo tirar una bomba de 100 mega toneladas sobre los Estados Unidos.” El 29 de julio se congelan las pláticas bilaterales para el desarme sin una fecha para su reanudación. La crisis de Berlín trae de nuevo a la mente de Jrushchov la solicitud de Ulbricht sobre sellar las fronteras. La petición de Ulbricht amenazaba con el colapso de la RDA, que junto con las amenazas en el discurso de Kennedy, parecía demasiado para el imperio soviético. A pesar de que unos días después de Viena, Jrushchov ya había enviado a Ulbricht un mensaje aprobatorio sobre el crédito de 800 millones de marcos. Un delegado soviético se encargó de asegurar a Ulbricht que la URSS tenía presente que “el marxismo nació en Alemania y debe probar su valor en un Estado altamente industrializado...ustedes no pueden hacerlo solos. La Unión Soviética debe ayudarles, y les ayudará.” El apoyo recibido desde Moscú reinstaló la confianza en Ulbricht quien ya había decidido reconceptualizar las huídas, en lugar de “Fugas de la República” serían denominadas como “Caza de Cerebros o Comercio de Seres Humanos”, ésto para reforzar la idea de que la gente no huía por algo mejor, sino eran cazados por los “zorros del capitalismo”. Toda la propaganda alrededor del muro comenzaría a hacerse patente.
Autorización: Hasta hace muy poco los historiadores debatían sobre la autoría en la construcción del “Muro de la Vergüenza”. El Archivo de Historia Estatal Ruso permitió muy recientemente el acceso a sus documentos. Se encontró el protocolo de la plática entre Ulbricht y Jrushchov previa al encuentro de los miembros del Pacto de Varsovia el 3 de agosto de 1961. El día 1 de agosto, en Moscú, ambos Secretarios Generales acordaron la construcción de un muro que dividiría a Berlín. Matthias Uhl, quien tuvo acceso al protocolo detalla la conversación como extremadamente ligera y directa, tomando en consideración el tema. Ulbricht desde el principio va al punto, “ya no otra hay alternativa más que cerrar la frontera. He pedido a mis diplomáticos que le expliquen la situación, las tensiones con occidente deben ser aprovechadas para construir un aro de acero alrededor de Berlín. Es fácil de explicar: se nos amenaza con la guerra, no deseamos que nos envien espías. Los alemanes entenderán estas razones.” Jrushchov tenía muy bien pensado el papel que la Unión jugaría allí, tenía clara la dimensión estratégica política y militar del sellado de la frontera, en cambio Ulbricht sólo podía ver la económica. Jrushchov dejó claro que la RDA tendría sobre todo una función policiaca, “soy de la opinión de que nuestras tropas lo construyan y que las suyas lo vigilen.” A estas alturas, Jrushchov estaba preparado para cualquier acción militar, en agosto la Unión Soviética había reforzado sus tropas en la RDA a unos 37,500 hombres y unos 700 tanques. Ulbricht siguió justificando la construcción en el fracaso de su política económica “el pueblo exige cosas que no pueden ser satisfechas y la demanda normal no puede ser satisfecha con las fronteras abiertas.” Culpa además, de todo a Polonia y a Checoslovaquia que reparten muy poco carbón y acero. A ello responde Jrushchov que la RDA debería de celebrar mejores contratos. Ulbricht sigue “no tenemos verduras, la leche es muy escasa y la mantequllia ha tenido que ser racionada. Claro que hay sabotaje, Occidente planea además un levantamiento en la RDA, pero nosotros no tenemos una Siberia, sin embargo enviaremos a esas personas a campos de trabajo.” Jrushchov se niega a adoptar una postura sobre el tema del tratado de paz, en que tanto interés tiene Ulbricht. El tratado otorgaría soberanía completa a la RDA, así como derechos plenos en el Pacto, además provocaría a un mayor tensión con los aliados, pues revocaría el estatus de los cuatro poderes.
Para Jrushchov la construcción del Muro implicaría tanto la estabilización de la RDA como la cementación del status quo en Europa. “Le damos, camarada Ulbricht, una, dos semanas, para que se construya ese muro que deberá pasar a lo largo de las fronteras de los sectores.”

Ulbricht designó a Erich Honecker, entonces Secretario de Seguridad, como encargado de poner en práctica los detalles de lo que sería la Operación ‘Rose’.

Las púas de ‘Rose’
Por: Geraldina González de la Vega

El problema alemán y la cuestión sobre Berlín
Durante la Guerra Fría, tanto la política exterior alemana, como la internacional, tuvieron como tema central la Cuestión sobre Berlín, misma que formaba parte de la Cuestión sobre Alemania. En un análisis del diario belga Le Soir, publicado el 8 de agosto de 1961, se trata la cuestión y se critica a las partes involucradas por no ver más allá de sus propios intereses y del mantenimiento del status quo que conviene a cada parte. Además, como bien apunta Le Soir, la Cuestión sobre Berlín no trata solamente de la reunificación alemana, sino del status quo europeo. “Si la RFA integrara a la RDA a su territorio, entonces el problema de las fronteras podría desplazarse hacia Polonia.” El espíritu de la política internacional, apoyada por los germanos occidentales, según Le Soir, sería “París se defiende en Berlín”. El artículo de Le Soir analiza la situación desde ambos frentes: para los soviéticos sería ventajoso firmar el tratado de paz con la RDA, pues reconocería de facto a este Estado, lo que obligaría al gobierno de la RFA y a los aliados a negociar con ellos las vías de comunicación, lo que aplastaría la política reivindicativa de Bonn y otorgaría a la RDA el derecho de negociar sus fronteras.
Por el lado de Adenauer, dice Le Soir, el punto de vista no es muy distinto. Busca revisar el status quo de Berlín después de la guerra, pero en el sentido opuesto. Adenauer declaró que el Gobierno federal rechaza toda propuesta del problema alemán sobre la base del mantenimiento del statu quo de pos-guerra, el cual se niega a reconocer y se propone revisar.
Le Soir explica entonces que para los Rusos, así como para los Alemanes, es el statu quo lo que está en el centro del debate. Berlín y la reunificación de Alemania no son más que cuestiones accesorias. Cada uno de los dos adversarios ha mostrado bien hacia dónde quiere llegar con el medio que propone – ya sea un tratado de paz o la “autodeterminación” - para una solución del “problema alemán”.
Le Soir muestra que la autodeterminación aparejada a la firma del tratado de paz con la RDA sería un derecho de los alemanes y berlineses de esa zona de influencia soviética, aunque la URSS no estaría en condiciones de impedir que se uniesen a occidente, la cuestión quedaría en la RDA. Pero que en Bonn el tema de la autodeterminación se mira desde otra óptica, pues habla de la autodeterminación de todos los alemanes, e inclusive se incluye en la exigencia, la de los satélites de la Unión Soviética, lo que evidentemente pondría en jaque los intereses soviéticos. (No habría que olvidar tampoco que para los alemanes occidentales la reunificación no es solamente un deseo, sino un objetivo constitucional).
Finalmente, entre el discurso televisado de Kennedy en julio de 1961 y el sellado de las fronteras de Berlín en agosto del mismo año, quedó claro que ambos poderes buscaban mantener el status quo de Berlín y con la dividida ciudad, continuar su juego de ajedrez. Mientras las libertades de millones de personas fueron sacrificadas.
La Cuestión sobre Berlín como lo muestra Le Soir, contenía varios aspectos y es que en una ciudad se concentraba el juego de ajedrez de los dos imperios en que se dividía el mundo. El problema de Berlín entre 1949 y 1990 puede dividirse en cinco dimensiones: la dimensión de derecho internacional, la dimensión nacional, la diplomática, la geopolítica y la humanitaria. El acercamiento a todas las cuestiones relacionadas con Berlín, y su división en Berlín oriental y occidental, debían tomar en consideración estas cinco dimensiones, pues la ciudad se convirtió en el tablero de “Turista” de los poderes mundiales.
Por ejemplo, el ultimátum de Jrushchov de 1958 proponía la creación de un tercer estado dentro de Alemania. La idea de que Berlín se convirtiera en un estado libre fué rechazada, pero fué oficialmente denominada “la teoría de los tres estados.”
La Cuestión de Berlín tuvo hasta 1989, 5 momentos críticos: En las conferencias de Yalta y Potsdam para la repartición del territorio entre los cuatro aliados; en la introducción de la reforma económica y del marco alemán en la zona occidental y el bloqueo de Berlín occidental por los soviéticos; en el ultimátum de Jrushchov; en la construcción del muro y la consecuente tensión en las relaciones durante los años siguientes; en 1971 cuando se firma el Acuerdo de los cuatro poderes sobre Berlín en que se establecen las bases del estatus jurídico del estado dividido y comienza el periodo de Détente, la relación con Berlín occidental con la RFA y el acceso a ella; y, en 1989 con la caída del muro y el inicio “del cambio” o “Die Wende”.

Julio de 1961, el mes de las decisiones.
El 4 de julio, Pervukhin embajador de la URSS en la RDA envía una carta al ministro de exteriores Gromyko, en ella le informa sobre la necesidad de adoptar tres medidas para evitar la fuga de personas de la RDA y de Berlín Oriental (OB): limitaciones a las salidas para ciudadanos de la RDA hacia OB y Berlín Occidental (WB), refuerzo en la vigilancia de los anillos de la frontera alrededor de Berlín y una limitación a la libertad de tránsito entre OB y WB.
Para el mes de julio la gente de la RDA que había llegado a OB en búsqueda de la salida no podía ya abandonar la ciudad ni por agua ni por tierra sin peligro a ser arrestado por deserción. Sin embargo, la posibilidad de salir por aire seguía abierta. Se cruzaba por el aeropuerto de Schönefeld, en OB y los aeropuertos Tegel y Tempelhof, ubicados en WB, permitían la salida hacia la RFA. Ulbricht buscaba que todo el tráfico aéreo de Berlín partiera de Schönefeld para poder tener mayor control. Los planes ya eran desesperados.
El comunicado de Pervukhin tuvo buena recepción, Jrushchov solicitó un estudio sobre las consecuencias del cierre de las fronteras al General Yakubovski y consultó la medida con Gromyko y su delegado, Semenov. Según un diplomático, quien después fungiera como embajador en la RFA, Yuli Kvitsinsky, el 6 de julio se recibieron noticias desde Moscú. Él y Pervukhin tendrían la encomienda de ir a avisar a Ulbricht que tenía “luz verde” para la construcción del muro. La información de Yakubovski sonaría contradictoria con el protocolo al que recientemente se ha tenido acceso y que da cuenta de la reunión entre Ulbricht y Jrushchov, previa a la cumbre del Pacto de Varsovia el 1 de agosto en Moscú, sin embargo esta noticia de julio podría tratarse de una primer autorización, que sería nuevamente consultada con Jrushchov antes de comunicarla a los miembros del Pacto y ponerla en práctica.
Yakubovski relata que buscaron a Ulbricht en el edificio de la Asamblea y al darle la noticia, Ulbricht comenzó a explicar su idea “debe ser un domingo, un domingo de verano, cuando los berlineses salen a pasar el día en el bosque o en el lago, para cuando vuelvan todo habrá pasado.” Unos días más tarde, Ulbricht designó a Erich Honecker, Ministro de Seguridad, como encargado de la operación. Honecker, quien sucedería a Ulbricht en su carácter de Secretario General del SED, a su vez se coordinó con Erich Mielke, el Ministro de Seguridad Nacional y director (hasta 1987) de la Stasi. Éste comenzó con un plan de medidas para reforzar la seguridad en las fronteras y en el anillo que abrazaba la ciudad. La información sobre ‘Rose’ permanecía secreta y se manejaba solamente al más alto nivel.

Agosto de 1961, los preparativos.
Para el 31 de julio el campamento de urgencia de Berlin-Marienfelde registraba 30,444 refugiados de la RDA.
Ulbricht viajó a Moscú, el día 1 se reunió con Jrushchov y recibió su autorización para construir el muro. Jrushchov le dió una o dos semanas, Ulbricht quería que fuera un domingo, el domingo 13 de agosto sería perfecto para poner el plan en práctica. Aunque Jrushchov enfatizó que la medida era sólo defensiva, estaba claro, que el mantenimiento del status quo en Berlín estabilizaría a la RDA. Cada parte de Berlín era el As en el juego de póquer, ganaría la partida quien hiciera mejor juego con el suyo.
El día 3 se celebró la reunión con los miembros del Pacto de Varsovia a quienes Ulbricht pediría apoyo económico y la aprobación de la medida. Los miembros del Pacto funcionaban sólamente como legitimadores de una medida que ya había sido previamente acordada y estaba en preparación. La aprobaron y emitieron una declaración. La RDA dependía en muchos frentes económicamente de la RFA, por lo que requería del apoyo de los miembros del Pacto para hacer frente a las sanciones económicas que pudieran aplicarse. Ulbricht no era muy bien visto entre sus camaradas del Pacto. Los satélites enviaban grandes porcentajes de su producción a la RDA, pues la URSS había tomado medidas extremas para apoyarla económicamente. El éxodo en realidad se debía al mal desempeño de Ulbricht. La ayuda por parte de los satélites implicaba apretar el cinturón a sus ciudadanos y no era fácil convencerles. Aún así, la decisión no cambió. Ulbricht volvió el 5 de agosto a Berlín e informó al Politburó el día 7, y envió la información a la Asamblea Popular para que realizara una sesión especial el día 11, el plan ‘Rose’ estaba en marcha.
Según datos del Bundeszentrale für politische Bildung, la pérdida total de población de la RDA durante los primeros 12 días del mes fué de 16,785 personas. Las medidas de la RDA durante los primeros días de agosto ya habían llegado a su cumbre, eran percibidas como totalitarias y había un ambiente claramente hostil contra los trabajadores fronterizos.
Para el 9 de agosto unos 60 funcionarios y militares de la RDA ya conocían la operación ‘Rose’, era una cuestión de gran importancia evitar que se filtrara a la inteligencia occidental. El 11 de agosto se anunció a los periodistas fieles al SED y a jefes regionales en una reunión convocada en el edificio del Comité Central en el Werderscher Markt. Se instruyó para la contra-inteligencia y la propaganda que justificara la acción y se ayudara a calmar a la población de la RDA.
Durante los primeros días de agosto se sostuvo una reunión en París con los ministros de exteriores de los aliados occidentales. Se informó a los embajadores de los Estados Unidos en Europa sobre los resultados de dicha reunión, el Secretario Dean Rusk, informó que se podría negociar el estatus de Berlín con los soviéticos en octubre o noviembre, y presentó los intereses primordiales para la defensa de WB: la presencia de los poderes aliados en WB y la libre entrada a la ciudad. Los Estados Unidos no creían ya probable que el reclamo de sus derechos de acceso a la ciudad podrían desatar una guerra atómica. La sola entrega de los derechos de control a la Alemania oriental no sería visto más como un ‘casus belli’. Los planes militares debían ser cambiados y se buscaría ampliar las posibilidades de negociación diplomáticas, junto con las opciones militares. Finalmente Dusk informa que la administración Kennedy ha cambiado de estrategia. “Estamos ahora enfatizando la construcción de fuerzas convencionales no porque prefiramos una guerra terrestre en Europa a bombas de hidrógeno en los Estados Unidos, sino porque estamos intentado forzar decisiones políticas antes de tomar acción militar. Hemos renunciado al concepto de un “un gran golpe por un dólar” (bigger bang for a buck), pues involucra un gran peligro para todos los estados que serían devastados, incluyendo el territorio enemigo (...) A pesar de las amenazas de Jrushchov, queremos incrementar el rango de alternativas sin limitarnos a las opciones de o guerra nuclear o rendición total.”
El día 11 en la sesión de la Asamblea, el líder y representante del Consejo de Ministros, Willi Stoph, declaró que el Consejo encontraba necesario para el aseguramiento del orden estatal y para la garantía de la construcción planeada del socialismo, así como para la protección del trabajo pacífico y de la vida de los ciudadanos de la RDA y especialmente en su capital, la puesta en marcha de medidas contra el comercio de seres humanos, la captura y el sabotaje. La Asamblea Popular confirma su decisión y avala las medidas ya puestas en marcha para evitar “la caza y el comercio de personas” que realiza Alemania occidental y WB. Concede al Consejo de Ministros una autorización general para preparar y llevar a cabo todas las medidas que sean necesarias con base en los acuerdos con los estados miembros del Pacto de Varsovia.
La propaganda ya había sido trabajada, las fugas no serían llamadas así, sino que se trataría de persuadir a la gente de que quienes huían de la RDA en realidad habían sido cazados por “headhunters” de la RFA y de WB o eran víctimas del comercio de personas “típico del capitalismo”. Bajo este punto de vista, el muro sería visto como una protección y no como un límite. Una vez levantado, el muro fué denominado “Muro de Protección Antifascista”.
El mismo 11, Mielke de la Stasi, informó a los oficiales de alto rango en las oficinas ubicadas en Hohenschönhausen. No querían que se repitiera el levantamiento de 1953. El “escudo y espada del partido” (como se autonombraba la Stasi) tenía como objetivo prevenir cualquier fenómeno negativo, así como asegurarse de la confiabilidad y la disposición para el combate de los miembros de las fuerzas armadas durante la clausura de las fronteras.

¿Y la inteligencia?
Desde junio la oficina de la CIA en WB emitió un memorandum en donde advertía la imposibilidad de enviar células de agentes (sleeper net) con el tamaño, la confiabilidad y la capacidad suficientes como para formar parte en la organización de grupos de resistencia.
El ala clandestina del SPD occidental que operaba en OB envió información sobre la clausura de las fronteras, la información era muy exacta. Llegó al alcalde Willy Brandt el 6 o 7 de agosto, pero no se pudo predecir cuándo sucedería el cierre. Se avisaba del movimiento de tropas y el control del ejército.
El servicio de inteligencia de la RFA, el BND, informó que el incremento en el número de exiliados obligaría al SED a tomar medidas extremas. “Un funcionario del SED habla de sellar la frontera.”
Frederick Taylor en su libro The Berlin Wall, cuenta “durante la primera semana de agosto, cuando Ulbricht y sus asesores estaban en Moscú cruzando las t´s y poniendo puntos a las íes a la operación ‘Rose’, la inteligencia de Alemania Occidental en sus oficinas de Pullach en Munich estaba todavía especulando sobre cuándo precisamente sería puesto en marcha el plan”.
El 12 de agosto, la embajada norteamericana en Bonn recibe un telegrama del Departamento de Estado avisando de la posibilidad de levantamientos parecidos a los de junio de 1953. Advierte que la situación en la RDA es preocupante y asume que hay peligro no sólo de que se cierre la puerta de escape sino de que exista un aumento en la tensión entre Moscú y el “mundo libre”. “Sería muy desafortunado que una explosión en Alemania del Este tuviera como expectativa una asistencia militar occidental inmediata. Una explosión de éste tipo precipitaría una crisis antes de que pudieran tomarse medidas efectivas militares y políticas. Favor de reportar inmediatamente a la RFA y consultar qué acciones considera útiles por parte de los Estados Unidos y de los aliados. Como la RFA sabe, este tema discutido en la pasada Reunión de Ministros de Exteriores en París fué decidido de manera unánime ‘es una cuestión de política, los aliados no harán nada que pueda exacerbar la situación’.”
¿Sabían los Estados Unidos ya que el muro sería levantado y pedían calma y evitar la intervención? Después de todo es notable que tanto Brandt, como el BND sabían que serían cerradas las fronteras, pero no se tomó ninguna medida para evitarlo. El cambio de estrategia de los Estados Unidos como resultado de la reunión de París implicaría aceptar el cierre de OB, siempre y cuando se respete la posición mínima sobre WB. Así mismo, la bitácora de la Policía del 13 de agosto describe que la Stummpolizei, es decir, la policía de WB estaba intentando dispersar a las personas que se levantaron contra la clausura de las fronteras, fundamentalmente en Mitte, en la zona de la Puerta de Brandenburgo. Quizá buscaban que no se acaloraran demasiado los ánimos en WB y que la gente obligara al Gobierno y a los aliados a intervenir, escalando aún más la crisis.
Las fuerzas estaban todas puestas en proteger WB, no OB. El discurso de Kennedy ya lo había dejado claro y el manejo de la Cuestión de Berlín, desde Bonn, también. Al final del día podría decirse que se sabía, se aceptó y así estaba bien. El problema es que la dimensión humanitaria no fué considerada en absoluto.
Por otro lado, quizá lo que sucedió es que la inteligencia occidental esperaba el sellado de las fronteras, pero que calcularon mal el tiempo. Tomaron como referencia el últimatum de Jrushchov en junio en Viena y que en otoño se celebraría el XXII Congreso del PCUS. La inteligencia pensó que el tratado sería firmado por separado después de esto y que sería entonces cuando la situación sobre WB se volvería crítica.
En 2001 se da a conocer lo que el Servicio de Inteligencia Federal (BND por sus siglas en alemán) realmente informó el 12 de agosto y que la revista Spiegel confirma en su número de agosto de 2001. Las oficinas de Pullach reciben la siguiente información desde OB: “El día 11 de agosto de 1961 tuvo lugar una conferencia del Secretario del Partido con las editoriales aliadas al partido y con otros funcionarios en el Comité Central del SED, se aclaró entre otras cosas que: 1) Por el momento sólo son aplicables las medidas más extremas. Se espera que haya protestas fuertes por parte de occidente y eventuales sanciones económicas contra las que se deben tomar medidas para contrarestarles. Se espera la resistencia pacífica del pueblo en la zona soviética de ocupación y sobre todo en OB. Contra ello se ordenará que se actúe con todos los medios. 2) La situación de la creciente corriente de fugas hace necesario el aislamiento del sector oriental de Berlín y de la zona de ocupación soviética en los próximos días, no se ha dado una fecha exacta pero no será en 14 días, como se había planeado.” Se desconoce si el BND entregó ésta información al Canciller o al Gobierno Federal. Es posible que nadie hubiera pensado que Ulbricht, apoyado por la Unión Soviética, planeaba levantar un muro, que duraría 28 años.


13 de agosto de 1961, se levanta el muro.
Ese fin de semana comenzaba la fase más álgida del proceso electoral para las elecciones del Bundestag en la RFA del 17 de septiembre. El SPD había presentado a Willy Brandt como candidato contra el Canciller Konrad Adenauer del CDU. Adenauer estuvo en un acto de campaña en Lübeck. A propósito de la ola de fugas de la RDA advierte sobre el pánico e intenta calmar los ánimos al hablar sobre la crisis. Willy Brandt en Nürnberg habla sobre el miedo que tiene la gente de la RDA de las medidas soviéticas.
El mismo sábado 12, Walter Ulbricht invitó a la primera plana del Gobierno y de los “partidos políticos” a la casa de gobierno de Döllnsee, conocida como Haus zu den Birken. Por la noche, después de la cena, “consultó” con sus ministros y los líderes de los partidos la medida. Horas antes, funcionarios del Gobierno en Berlín habían comenzado a imprimir el decreto aprobado por los ministros.
Mientras en las calles, campos y barracas, miles de unidades de policías y fuerzas armadas estaban en alerta. Cerca de las 10 de la noche abrieron los sobres con las órdenes de la operación ‘Rose’. A esa hora, la máquina estaba lista, Honecker daría el el banderazo a las 12 en punto. 10, 000 hombres de la policía estaban dispersados por la ciudad con órdenes de evitar el desorden, el tráfico y el cruce.
La operación de clausura comenzó a la 1 am, se colocaron centinelas cada 2 metros para evitar escapes mientras se construyeron barricadas en las calles con alambres de púas, tanques y bardas de concreto improvisadas. Se apagó la iluminación pública. 68 de 81 puntos de cruce serían barricados.
La bitácora de la jefatura de la Policía Popular del 13 de agosto contiene entradas a partir de las 4.25 am y en ella se puede leer cómo se desarrolló el domingo en Berlín oriental a la vista de la policía. Se puede leer que la zona de mayor conflicto fué Berlin Mitte, cerca de la Puerta de Brandenburgo, donde se formaron grupos de hasta 5000 del lado occidental y de menos de 300 del lado oriental. Los reportes desde la Friedrichstraße comentan el enojo de la gente por la falta de servicios de transporte, en esa calle se encuentra una de las estaciones de metro y tranvía más importantes de Berlín. Comenzaban a viajar los vagones fantasma, es decir, se vaciaban los trenes antes de cruzar la frontera y viajaban vacíos por Berlín. Sorprende el lenguaje de los policías, la gente que se mostraba enfurecida, indignada o preocupada por la clausura de las fronteras con alambre de púas o vallas o bardas, era llamada “provocador”. Es notable que muchos grupos de personas comenzaban a cantar canciones sobre la libertad o la hermandad. En general la gente de OB se mostraba más pacífica (por miedo) que la de WB, quienes tenían mayor libertad para demostrarse. La policía apuntaba placas y/o nombre y generales de personas que lanzaban insultos o condenaban el hecho. Se tomaba nota de las palabras exactas y se comunicaba que ya se había ordenado “investigar el asunto”. Se notifica que “el ánimo es bueno, la radio y la TV están informando las ventajas del muro” así mismo hablan sobre la formación de grupos de discusión de ciudadanos en donde se reflexiona sobre la conveniencia del muro, cuando son pacíficos y están a favor, se informa sobre lo constructiva de la discusión, y cuando alguien se molesta o critica, es un agitador. Comienza a haber disturbios por falta de leche, misma que es abastecida cerca de las 8 am. Se han cancelado muchos vuelos en el aeropuerto de Tegel. La mayoría de los informes desde Mitte son de manifestaciones, temprano comenzaron unas 20 personas, y se fueron incrementando conforme fué pasando el día y se fué corriendo al voz de la noticia. La gente de WB buscaba romper o quitar las vallas y los alambres, animaba a la gente de OB a hacer lo mismo. En Treptow, cerca de las 12 del día los tanques dispersaron a unas 1500 personas que se habían juntado y comenzaban a reclamar. Cerca de la 1 de la tarde se envían tanques a la Puerta de Brandenburgo. Se comunica inclusive el contenido de los sermones en las misas. Puede leerse que la gran mayoría de las personas que se demuestran contra la medida son jóvenes, quienes atacan verbal y físicamente tanto a los constructores como a la construcción misma. Cuando las reuniones de personas comienzan a juntar a más de 100, se piden refuerzos. Se describe a la gente como “vestida de forma occidental”. En Treptow se usa a los menores de los Pioneros para construir el muro, a las 4 de la tarde no pueden seguir trabajando, nadie les ha dado de comer. Es de imaginarse que entre la gente, sobre todo donde está más tranquila, se encuentren agitadores del partido, quienes debían tener la encomienda de argumentar a favor del muro. En Mitte la policía es apedreada, del lado de WB se presentaron mujeres con carteles que dicen “la libertad no se defiende con tanques”. Se reportan las cantidades y orígen de los reporteros, si llevan cámaras o no, y a qué le toman fotografías. Se informa también sobre personas del partido o sus familiares que fueron agredidas personalmente o con cartas pegadas en sus puertas. La última entrada es a las 23.45 desde Mitte, la policía de WB está disolviendo las manifestaciones y está llevando a la gente a otros lados de la ciudad.
Ese día, la bitácora reporta 12 fugas exitosas, fundamentalmente por agua. La gente se tiraba a los canales y la gente de WB los ayudaba a cruzar hasta el otro lado. Casi todos los que lograron huir ese día eran gente jóven, se narra la fuga de una menor quien se despoja de su ropa y se tira a un canal, del lado occidental salta otra persona y la ayuda a nadar hasta el otro lado.
A las 12 de la noche comenzaba el 14 de agosto, con la luz de ese día, comenzaría la era del muro de la vergüenza.
La primera víctima del muro fué Ida Siekmann, quien saltó desde la ventana de su apartamento ubicado exactamente frente al muro en la Bernauer Str. Después de ella, se sabe de por lo menos 136 personas que perdieron la vida entre 1961 y 1989. En los controles entre la RDA y la RFA murieron 251 personas.

Bibliografía:
Frederick Taylor. The Berlin Wall. Bloomsbury 2007
Spiegel Special. Der Kalte Krieg. Nr. 3/2008
Willy Brandt. Erinnerungen. 2003.
Matthias Uhl. Ein Eiserner Ring um Berlin. Die Zeit. Nr. 24. 04. Juni 2009.
Bundeszentrale für politische Bildung
http://www.bpb.de/themen/6NFR4B,0,0,40_Jahre_deutschdeutsche_Wirklichkeit.html
Wilhelm Bleek. Die Geschichte der DDR. BpB.
Manfred Görtemaker. Zwang zur Koexistenz in den fünfziger Jahren. BpB.
Axel Schildt. Politische Entscheidungen und Einstellungen. BpB.
Archivo Chronik der Mauer
(http://www.chronik-der-mauer.de/index.php/de/Home/Index)
Archivo European Navigator
(http://www.ena.lu/)